lunes, 27 de diciembre de 2010

Cuidado con las macros ocultas

No tenía ganas de llorar, pero supuse que debía hacerlo. Y ha sido perfecto, muchacha, has cometido el crimen perfecto. Tú me metiste aquí, cortaste mis circuitos, me arrebataste el cerebro, ¡me mataste! ¡Y me has dejado cargar con la culpa!

=)

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